Me creía yo muy guay y muy original al ir a escribir algo sobre este verano en nuestro abandonado y amado Blog. Y resulta que Kike, como de costumbre, va y se me adelanta. Por un mes, encima. Bueno, saltandome el orden cronológico y el hecho de no ser el único que ha visitado la provincia Gaditana, voy a contar mas o menos de qué fue aquello.
Primero, de poder ver (de nuevo) al señor Dylan en directo. Bueno, a Bobb Dylan o a un tipo que canta unas canciones con sus letras pero que en cuanto a música poco tienen que ver con las del de Minnesota. Afortunadamente, eso no quiere decir que sean malas canciones ni malos directos. El resto de los días sí que fueron propios de unas vacaciones en el lugar de residencia de nuestro querido Luis: playa y alcohol.
Ahora solo queda esperar a que alguno de los redactores no muy ocupados con los anfibióticos decida relatar en éste humilde blog sus aventuras en Chipiona, si no, tendré que ser yo quien narre con todo lujo de detalles las orgías de temática sado-maso-homosexual allí habidas.